viernes, 24 de mayo de 2013

LOS BÁRBAROS ENTRAN EN ESPAÑA

   Fue a finales del siglo IV, cuando el imperio romano se dividió en dos, tras la muerte del emperador Teodosio, legando a su hijo mayor Arcadio, la parte oriental del imperio con sede en Constantinopla, y la occidental a su otro hijo Honorio, con su capital en Roma, Milán o Rávena. 

   A este imperio de occidente pertenecía  la provincia Hispania. Este imperio estaba rodeado por una multitud de tribus y pueblos llamados francos y germánicos.  Algunos eran aliados de Roma y eran utilizados  para frenar y enfrentarse a continuos intentos de invasión de otros pueblos que presionaban constantemente las fronteras del imperio romano.

   Uno de sus aliados, el rey godo Alarico I se indispuso con el emperador Honorio  y sitió a Roma en el año 408 y después de una corta paz, en el 410 de nuevo ataca Roma y la saquea. Ante la debilidad en que se encuentra en esos momentos Roma, otros pueblos germanos atacan sus provincias conquistando parte de la Galia, y entrando en el 409 en España. En esos momentos, los visigodos (el pueblo godo de occidente), ocupa gran parte de la Galia y una pequeña parte de España (Barcelona).

   Los suevos, alanos , y vándalos  son los pueblos que entran en España y se la reparten. Los suevos se establecen en lo que hoy es Galicia y Portugal. Los alanos ocupan el centro y levante de España, y los vándalos el sur. No tienen un afán de conquista como tal, sino que son pueblos guerreros en marcha. Arrasan, saquean, incendian, matan, causando pánico y terror entre los naturales de Hispania. Se asientan, y en el 429 los vándalos son expulsados de España por los visigodos aliados de nuevo con Roma y se establecen en el norte de Africa, quedando en Hispania los suevos y los alanos.

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