Estatua ecuestre y Puerta de Alfonso VI (Toledo) |
Tras la muerte de su hermano Sancho II, asesinado por Bellido Dolfos
junto a las murallas de Zamora, Alfonso que ha estado refugiado en Toledo, en
la corte del rey moro Almamún, se hace cargo de su reino de León y además es
proclamado rey de Castilla tras el juramento de Santa Gadea, exigido por los
nobles castellanos.
A este hecho, y la iniciativa y poco servilismo demostrado por Rodrigo
Díaz de Vivar, se atribuye la falta de cordialidad que existió entre Don
Alfonso y el Cid.
Don Alfonso realiza numerosas expediciones contra los moros, sometiendo
a las diversas Taifas a vasallaje. En una de esas expediciones asoló la comarca
de Sevilla y tuvo sitiada la ciudad durante tres días. Llegó hasta Tarifa
adentrándose en el mar exclamando “ He pisado este suelo, límite postrero de
España”. Esto ocurrió en el año 1083, dos años antes de la conquista de Toledo.
Uno de sus vasallos era Cadir, rey moro de Toledo. Fue destronado por
Motawakil, tras una sublevación de sus súbditos. Alfonso acude en su auxilio, toma Toledo y devuelve el trono a Cadir en 1084. Pero una vez en el trono,
Cadir se niega a cumplir lo pactado y se enciende una nueva guerra que
culminará con la reconquista de Toledo el 25 de mayo de 1085 por Alfonso VI.
Desde ese día, la ciudad de Toledo nunca más volverá a ser musulmana. El Papa
Urbano II concede al arzobispado de Toledo la primacía eclesiástica sobre todos
los Obispos de la península Ibérica. Esta conquista tiene una resonancia
especial en los reinos cristianos y musulmanes, puesto que Toledo había sido la
capital visigoda.
Asediados por el rey cristiano, las Taifas piden ayuda a los almorávides
que tenían en África un poderoso imperio. Por dos veces entraron en España,
venciendo a Don Alfonso en Sagrajas el 23.10.1086, y por segunda vez, después
de destronar a los reyes que les había llamado, vencen a los castellanos en la
batalla de Uclés (1108), en la que perdió la vida el heredero al trono D.
Sancho, niño a la sazón de once años. Como consecuencia, Alfonso VI perdió
todos los territorios conquistados al sur del Tajo.
A su muerte (año 1109) heredó el trono su hija Urraca, viuda del noble
franco Ramón (o Raimundo) de Borgoña. A su hija Teresa, casada con Enrique de
Lorena (nieto del duque de Borgoña) le entregó el Condado de Portugal.
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