El 1 de septiembre del año 801, Ludovico Pío, hijo de Carlomagno y rey
de Aquitania desde el 781, al frente de un gran ejército, arrebata la ciudad de
Barcelona a los musulmanes. Entre los aliados que ayudan al conquistador, se encuentra
el conde Berá, al frente de sus visigodos. Tras esta conquista, todo el
territorio Barcelonés pasa a manos de los francos para formar parte de su
imperio y se convierte en la capital de la Marca Hispánica , creada para la
defensa del imperio contra los musulmanes.
Al frente de este condado se designa a Berá, que no es de origen franco
(al parecer era natural de la
Septimania ) quién además, tendrá autoridad sobre los demás
condes de la Marca. Muy
pronto, este primer conde de Barcelona, dicta
una serie de medidas para favorecer a la población hispana, provocando una
sublevación de los musulmanes. Además, como jefe de la Marca , intenta por su cuenta
ampliar los territorios, al tiempo que
desvincularse del imperio franco y de su vínculo de vasallaje, por lo
que en el año 820 es llamado a Aquisgrán y destituido de su cargo. A partir de
ese momento, todos los condes que gobiernen Barcelona serán francos y muy
vinculados a la corona, para evitar intentos de secesión.
En el año 879, Luis II el Tartamudo, concede los condados de Barcelona,
Gerona y Osona, a Wifredo “el Velloso”, puesto que sus familias siempre habían
luchado a favor de los descendientes de Carlomagno. Estos condados unidos a los
que ya tenía él, Urgel, Cerdaña y Conflent, le convirtieron en uno de los
condes más poderosos, cuya dinastía fue conocida como la “casa de Barcelona”
que durará mas de quinientos años.
Y cuenta la leyenda que, militando Wifredo “el Velloso”, primer conde independiente de Barcelona,
en el ejército del rey Carlos “el Simple” en su lucha contra los normandos que
habían invadido el territorio franco, se distinguió en el combate, del que
salió acribillado de heridas. El Rey lo visitó en su tienda y mojando sus dedos
en la sangre de sus heridas, pasó por su escudo dorado marcando cuatro franjas
rojas que el Conde adoptó por blasón. O bien simplemente se manchó los dedos, y los limpió sobre el escudo del
Conde. Todo esto se tiene por fabuloso, porque los escudos heráldicos
comenzaron en el siglo XII y este hecho ocurrió en el siglo IX. Y además se ha
comprobado que el origen de las barras, está en los escudos que utilizaban los
soldados aragoneses, que eran de madera cruzados con cuatro franjas de cuero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario