En su rápida y victoriosa conquista, los
musulmanes llegan hasta los Picos de Europa, en Asturias, donde se han
refugiado los visigodos huidos que no acatan el poder musulmán. Entre ellos se
encuentra el noble Don Pelayo, hijo de Fáfila, antiguo dignatario de la corte y
duque de Cantabria.
Era Don Pelayo enemigo de Witiza y sus
partidarios, por haber herido de muerte a su padre en Tuy. Fija su residencia
en Cangas de Onís y allí organiza un grupo de resistencia entre visigodos y
astures. En asamblea celebrada de acuerdo con las tradiciones cristianas, es
elegido caudillo en el 718. Sus huestes inician pequeños ataques contra las
tropas ocupantes, por lo que con el fin de contener la sublevación, los árabes
envían un ejército al mando del general Alqama, a quién acompaña el traidor
obispo Don Oppas (hermano de Witiza) . El obispo intenta convencer a los
sublevados para que se rindan, pero ante la negativa, se entabla una batalla en
la cueva de Santa María, mas tarde conocida como Covadonga (año 718), que ganan los hombres de Don Pelayo,
deshaciendo al ejército musulmán que, es perseguido hasta Liébana. A partir de
ese momento comienza en los Picos de Europa el reino de Asturias donde ya no tendrá acceso
ningún invasor. La reconquista ha comenzado.
Cuenta la tradición que, se produjo la
milagrosa aparición de la
Virgen que volvía las armas contra los asaltantes árabes.
En un principio ese pequeño reino estuvo
reducido a Asturias, pero en el curso del mismo siglo VIII y del IX llevó sus
límites meridionales hasta el Duero, llamándose reino de León. En el se
comprendían Asturias, Galicia, Álava y la parte septentrional de Portugal.
Los árabes siguieron sus conquistas hacia
Francia y cruzaron los Pirineos, pero
fueron derrotados por Carlos Martel.
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